domingo, 20 de diciembre de 2009

¡ALTO A LA AUTORIDAD!

Medina del Campo.
Este articulo firmado por Javier Cuevas es solo el primer paso para próxima desintegración de un partido político en Medina del Campo, de todos es sabido la forma política de actuación de la persona en cuestión, otros colectivos o personas también lo han sufrido en menor medida claro está; denuncias de concejales ciudadanos (casos Virginia Serrano y Memesa), la Asociación Vinos Tierra Medina siguen bloqueados sus proyectos (de paso se ejecutan en Medivinia y los aprovechan D.O. forasteras), Empresas que han presentado proyectos a Medina21 con derecho subvencion y se lan han denegado, personas particulares que han visto sacar por "error" y no han vuelto, restos cadavericos del Cementerio, etc, etc, etc.
Evidentemente todo esto es el fruto de decisiones no consensuadas que los unicos sufridores són los ciudadanos de Medina y Comarca que en vez de buscar inversiones para la villa, se pemiten el lujo de perder el tiempo en otras cuestiones menos importantes para el desarrollo de nuestra Villa Ysabelina.
Y es por eso que desde aquí y ahora mostramos nuestro TOTAL APOYO, si es cierto todo el contexto del articulo al Sr. Cuevas y Grupo 10.

Dictadura local en época democrática
12 Diciembre 2009 - 11:36
Articulo Publicado en La Voz de Medina y Comarca.

Todos los ciudadanos conocen lo que viene sucediendo desde hace dos años en Medina del Campo, regida por un alcalde con aires de dictador donde cualquiera que ose llevarle la contraria se convierte en el punto de mira de sus iras. Sólo admite en su corte faraónica a aquéllos que le halagan y le disculpan su dejadez con los asuntos de los ciudadanos y con los ciudadanos mismos.
El alcalde de la villa ha convertido el durante siglos digno despacho de la Alcaldía en un nido viperino donde se maquinan venganzas y represalias que los dictadores de otras épocas no habrían sido capaces de imaginar y menos aún de ponerlas en práctica.
Desde los medios de comunicación que dirijo siempre hemos defendido la libertad de expresión y la independencia de los profesionales que en ellos trabajan a la hora de ejercer el periodismo. Pero las opiniones vertidas sobre el verdadero escándalo que supuso el nombramiento de la secretaria particular del alcalde como diputada provincial nos acarrearon a todos la enemistad ladina del primer edil. “¿Quiénes se creen que son para criticarnos?” o “¿no sabéis con quién os la estáis jugando?” son frases que corrieron como la pólvora por los despachos del Ayuntamiento en aquellas fechas.
A partir de ese momento la estrategia del dictador en ciernes estaba clara: boicot, ni un solo euro en publicidad a aquellos medios de comunicación que han osado cuestionar sus decisiones y prohibición absoluta a todos “sus” concejales para acercarse a dichos medios, con la absoluta certeza -errónea en nuestro caso- de un “ya veréis qué pronto cambian de línea editorial”.
Pasado el tiempo y visto que la integridad se había impuesto al dinero, el alcalde se decidió, presumiblemente, a dar una nueva “vuelta de tuerca” para conseguir sus objetivos espurios: se llamó a varios empresarios que estaban pensando en invertir en nuestra tierra para ofrecerles una rápida solución burocrática a sus proyectos a cambio de crear un periódico que compitiera con “La Voz de Medina”. Ante la negativa de los mismos a meterse en camisas de once varas y haciendo gala de un sentido común que a él parece faltarle desde hace ya años, don Crescencio no dudó en elegir al corresponsal de un periódico provincial para que sacase a la luz un periódico gratuito financiado con recursos del Ayuntamiento, quizás deberíamos decir con el dinero de los medinenses.
Frustrado este nuevo intento de “competencia” y visto que fuimos los únicos medios de comunicación que sacamos a la luz la denuncia y diligencias judiciales que se seguían contra Martín Pascual por un presunto delito de prevaricación, por el que se solicitaba para él detención y cárcel, fraguó una trama de más altos vuelos y peor catadura moral. Para ello forzó, a través de su íntimo amigo y director regional de Onda Cero, la no renovación del contrato de emisión de radio del que hemos sido beneficiarios desde hace ya 15 años. Amenaza ésta que, en principio, no tomamos en serio, dado que no podíamos creer que su rencor pudiera llegar al extremo de, para hacer daño a una persona concreta, poner en peligro los puestos de trabajo de profesionales de la talla de Maribel Manjón, Manu Freire y Javier Serrano. No obstante, meses después se presentó en nuestras instalaciones el íntegro, piadoso y honrado director regional a dar la noticia de la no renovación del contrato para que, por mi parte, fuera comunicándoselo a los profesionales de dicho medio, a efectos de proceder a los despidos laborales que fueran oportunos, esgrimiendo como único argumento el distanciamiento de la “la línea editorial”, sin especificar si de la propia cadena o del Ayuntamiento.
No sé qué promesas económicas podrían subyacer ante tan peregrino argumento ni qué mentiras puede haber trasladado el responsable y pío director regional a la dirección nacional de la cadena -sin duda menores que las del alcalde y procurador regional cuando aseguraba que defendía los intereses de la zona en las Cortes de Fuensaldaña, a pesar de que nunca había intervenido en ningún debate-, pero parece que las mismas han surtido efecto.
Nada tengo contra “Onda Cero”, por cuyo progreso inherente al mío he peleado, codo con codo, durante 15 largos años. He visto pasar a muchos directores regionales, locutores de la talla de Luis del Olmo, José María García, Juan Antonio Cebrián y un largo etcétera. Pusimos en marcha Europa FM cuando nadie sabía ni que existía, y ahí está ahora.
Podría haber llegado el momento, después de tantos años de trabajo conjunto, de bifurcar nuestros caminos empresariales, tomando cada uno un sendero distinto; pero permítaseme lamentar que esto haya sucedido con el único fin de cercenar la libertad de expresión.
No dudo de la buena voluntad de la dirección provincial del Partido Popular, que no tardó en desmarcarse y afirmar no sólo que no ha existido ninguna intervención suya en el tema sino que está en contra de ese tipo de procedimientos. Aunque sin dudar de su palabra, dado que quienes la componen son de una integridad intachable, tarde o temprano deberá reflexionar sobre el tipo de personas que, en Medina, acoge el paraguas de sus siglas. También soy consciente de que parte de los concejales medinenses no aprueban el chantaje, por llamarlo de alguna manera, de un alcalde que llega hasta el punto de jugar con el pan de algunas familias con el único fin de amordazar cualquier tipo de crítica a su gestión; pero su silencio les hace cómplices del proceder del dictador en ciernes y aspirante a caudillo.
Nadie crea que con estas intrigas tan peregrinas ha conseguido su objetivo, porque las mismas personas que han llevado a la cadena “Onda Cero” a cuotas tan importantes de audiencia local, no sólo no se van a ir a sus casas, sino que seguirán en las nuevas marcas corporativas “Onda Medina” y “Onda Medina Música”, con más tiempo de emisión y las mismas energías e independencia de la que siempre han hecho gala. Y aún es pronto para hablar de nuevos acuerdos estratégicos con otras cadenas, pero todo llegará.
Ante una lucha desigual entre personas que se juegan el sustento de sus familias y “emporios” que manejan el dinero de los demás es siempre importante tener la motivación de saber por qué se lucha. Y tal respecto, nada más loable que defender la libertad de expresión y no dejarse amedrentar por los nuevos censores de la democracia.
Poco a poco se irán desenmascarando las formas sibilinas y subrepticias de proceder de un alcalde que con certeza, y si no que se nos corrija, intentará perpetrar su venganza contra empresarios aunque la misma suponga el despido de gran parte de las plantillas empresariales. Nunca la política había llegado tan lejos en sus despropósitos y demencias.
Medina tiene que empezar a desperezarse y reflexionar para llegar a la conclusión de que no sólo son los medios de comunicación los damnificados sino también otros sectores como la industria, la construcción, los servicios y cualquier gremio dependiente de ellos. Y de tal parálisis municipal, en función de venganzas o de intereses en los que es mejor no pensar, sólo hay un único responsable: el inquilino del “despacho grande” del número 1 de la Plaza Mayor. Y baste para demostrar lo escrito que para resolver licencias de aperturas de pequeños comercios se producen retrasos de un año, de los que se deriva un aumento, también constatable, del paro, mayor en ésta que en otras localidades vallisoletanas.
Pronto o tarde los medinenses dirán “¡Basta ya!” y al sempiterno edil Martín, tras 26 años de manipulación directa o indirecta en el Ayuntamiento, se le acabará la excusa de su incompetencia como justificación de lo que está pasando.
Todos los ciudadanos conocen lo que viene sucediendo desde hace dos años en Medina del Campo, regida por un alcalde con aires de dictador donde cualquiera que ose llevarle la contraria se convierte en el punto de mira de sus iras. Sólo admite en su corte faraónica a aquéllos que le halagan y le disculpan su dejadez con los asuntos de los ciudadanos y con los ciudadanos mismos.
El alcalde de la villa ha convertido el durante siglos digno despacho de la Alcaldía en un nido viperino donde se maquinan venganzas y represalias que los dictadores de otras épocas no habrían sido capaces de imaginar y menos aún de ponerlas en práctica.
Desde los medios de comunicación que dirijo siempre hemos defendido la libertad de expresión y la independencia de los profesionales que en ellos trabajan a la hora de ejercer el periodismo. Pero las opiniones vertidas sobre el verdadero escándalo que supuso el nombramiento de la secretaria particular del alcalde como diputada provincial nos acarrearon a todos la enemistad ladina del primer edil. “¿Quiénes se creen que son para criticarnos?” o “¿no sabéis con quién os la estáis jugando?” son frases que corrieron como la pólvora por los despachos del Ayuntamiento en aquellas fechas.
A partir de ese momento la estrategia del dictador en ciernes estaba clara: boicot, ni un solo euro en publicidad a aquellos medios de comunicación que han osado cuestionar sus decisiones y prohibición absoluta a todos “sus” concejales para acercarse a dichos medios, con la absoluta certeza -errónea en nuestro caso- de un “ya veréis qué pronto cambian de línea editorial”.
Pasado el tiempo y visto que la integridad se había impuesto al dinero, el alcalde se decidió, presumiblemente, a dar una nueva “vuelta de tuerca” para conseguir sus objetivos espurios: se llamó a varios empresarios que estaban pensando en invertir en nuestra tierra para ofrecerles una rápida solución burocrática a sus proyectos a cambio de crear un periódico que compitiera con “La Voz de Medina”. Ante la negativa de los mismos a meterse en camisas de once varas y haciendo gala de un sentido común que a él parece faltarle desde hace ya años, don Crescencio no dudó en elegir al corresponsal de un periódico provincial para que sacase a la luz un periódico gratuito financiado con recursos del Ayuntamiento, quizás deberíamos decir con el dinero de los medinenses.
Frustrado este nuevo intento de “competencia” y visto que fuimos los únicos medios de comunicación que sacamos a la luz la denuncia y diligencias judiciales que se seguían contra Martín Pascual por un presunto delito de prevaricación, por el que se solicitaba para él detención y cárcel, fraguó una trama de más altos vuelos y peor catadura moral. Para ello forzó, a través de su íntimo amigo y director regional de Onda Cero, la no renovación del contrato de emisión de radio del que hemos sido beneficiarios desde hace ya 15 años. Amenaza ésta que, en principio, no tomamos en serio, dado que no podíamos creer que su rencor pudiera llegar al extremo de, para hacer daño a una persona concreta, poner en peligro los puestos de trabajo de profesionales de la talla de Maribel Manjón, Manu Freire y Javier Serrano. No obstante, meses después se presentó en nuestras instalaciones el íntegro, piadoso y honrado director regional a dar la noticia de la no renovación del contrato para que, por mi parte, fuera comunicándoselo a los profesionales de dicho medio, a efectos de proceder a los despidos laborales que fueran oportunos, esgrimiendo como único argumento el distanciamiento de la “la línea editorial”, sin especificar si de la propia cadena o del Ayuntamiento.
No sé qué promesas económicas podrían subyacer ante tan peregrino argumento ni qué mentiras puede haber trasladado el responsable y pío director regional a la dirección nacional de la cadena -sin duda menores que las del alcalde y procurador regional cuando aseguraba que defendía los intereses de la zona en las Cortes de Fuensaldaña, a pesar de que nunca había intervenido en ningún debate-, pero parece que las mismas han surtido efecto.
Nada tengo contra “Onda Cero”, por cuyo progreso inherente al mío he peleado, codo con codo, durante 15 largos años. He visto pasar a muchos directores regionales, locutores de la talla de Luis del Olmo, José María García, Juan Antonio Cebrián y un largo etcétera. Pusimos en marcha Europa FM cuando nadie sabía ni que existía, y ahí está ahora.
Podría haber llegado el momento, después de tantos años de trabajo conjunto, de bifurcar nuestros caminos empresariales, tomando cada uno un sendero distinto; pero permítaseme lamentar que esto haya sucedido con el único fin de cercenar la libertad de expresión.
No dudo de la buena voluntad de la dirección provincial del Partido Popular, que no tardó en desmarcarse y afirmar no sólo que no ha existido ninguna intervención suya en el tema sino que está en contra de ese tipo de procedimientos. Aunque sin dudar de su palabra, dado que quienes la componen son de una integridad intachable, tarde o temprano deberá reflexionar sobre el tipo de personas que, en Medina, acoge el paraguas de sus siglas. También soy consciente de que parte de los concejales medinenses no aprueban el chantaje, por llamarlo de alguna manera, de un alcalde que llega hasta el punto de jugar con el pan de algunas familias con el único fin de amordazar cualquier tipo de crítica a su gestión; pero su silencio les hace cómplices del proceder del dictador en ciernes y aspirante a caudillo.
Nadie crea que con estas intrigas tan peregrinas ha conseguido su objetivo, porque las mismas personas que han llevado a la cadena “Onda Cero” a cuotas tan importantes de audiencia local, no sólo no se van a ir a sus casas, sino que seguirán en las nuevas marcas corporativas “Onda Medina” y “Onda Medina Música”, con más tiempo de emisión y las mismas energías e independencia de la que siempre han hecho gala. Y aún es pronto para hablar de nuevos acuerdos estratégicos con otras cadenas, pero todo llegará.
Ante una lucha desigual entre personas que se juegan el sustento de sus familias y “emporios” que manejan el dinero de los demás es siempre importante tener la motivación de saber por qué se lucha. Y tal respecto, nada más loable que defender la libertad de expresión y no dejarse amedrentar por los nuevos censores de la democracia.
Poco a poco se irán desenmascarando las formas sibilinas y subrepticias de proceder de un alcalde que con certeza, y si no que se nos corrija, intentará perpetrar su venganza contra empresarios aunque la misma suponga el despido de gran parte de las plantillas empresariales. Nunca la política había llegado tan lejos en sus despropósitos y demencias.
Medina tiene que empezar a desperezarse y reflexionar para llegar a la conclusión de que no sólo son los medios de comunicación los damnificados sino también otros sectores como la industria, la construcción, los servicios y cualquier gremio dependiente de ellos. Y de tal parálisis municipal, en función de venganzas o de intereses en los que es mejor no pensar, sólo hay un único responsable: el inquilino del “despacho grande” del número 1 de la Plaza Mayor. Y baste para demostrar lo escrito que para resolver licencias de aperturas de pequeños comercios se producen retrasos de un año, de los que se deriva un aumento, también constatable, del paro, mayor en ésta que en otras localidades vallisoletanas.
Pronto o tarde los medinenses dirán “¡Basta ya!” y al sempiterno edil Martín, tras 26 años de manipulación directa o indirecta en el Ayuntamiento, se le acabará la excusa de su incompetencia como justificación de lo que está pasando.
Javier Cuevas Rodríguez, director del “Grupo 10″

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